Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.

4 feb 2013

De todas las personas del mundo, debía verle precisamente a él y derretirme en el proceso.

Hoy le vi. De lejos, claro, pero le vi.
Estoy segura que él ni siquiera me vio. Pero bueno, es que dudo que él se pase el día mirando alrededor y soñando con encontrarme. No. Él simplemente se mueve, como siempre, con la atención clavada en algo más allá, algo que nunca he sido yo. Algo que no seré yo. Y yo, como buena genio que soy, me rehusaba a aceptarlo porque quería, deseaba con todo mi ser, creer que quizá él si sentía de la misma forma en que yo sentía.
En fin, decía que hoy le había visto. Y fue horrible.
¿Sintomas? Se me aceleró el corazón, y se saltó algunos latidos también. Se me olvidó cómo respirar. Se me olvidó cómo pensar. Me hice gelatina, de la misma forma en que pasaba cuando él no era más que alguien que me gustaba demasiado pero que sabía que no tendría.
Y la sensación no se acabó en ese momento. Me sentí de la misma forma gran parte de la tarde.
Ah si, y con unas ganas de llorar bastante molestas. Porque si, porque le quiero. Porque soy tan tonta como para haberme fijado en él simplemente porque si. Porque es la primera vez que me gusta alguien sin que esa persona haya intentado llamar mi atención con anterioridad. Porque desde que vi sus ojos supe que la iba a pasar mal por culpa de su belleza.
Quiero llorar porque no sé si él siquiera recuerde ya mi existencia.
Iba de rojo, o vinotinto, o un color en medio.
Y sin embargo, sin embargo, por muy masoquista que parezca, yo aun tengo la pregunta a flor de piel. Yo aun muero de ganas, como siempre he hecho, de saber qué habría pasado si yo no hubiera enviado ese mensaje. Si yo no hubiera hecho ese comentario sobre la poca dificultad que representaba llegar al rostro en comparación con otros puntos. Y es que soy así, masoquista hasta que no puedo mas. Tonta hasta la saciedad. Una ilusa irremediable. Y demasiado terca para mi propio bien. Soy yo, la que acabó prendada de alguien tan opuesto como el día de la noche, la que por primera vez entiende el concepto de que basta simplemente con verle pero que a la vez es doloroso.
Yo soy la que nunca dudo de la veracidad de la frase de Cortázar (Como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en medio del patio) y que sin embargo apenas ahora experimento su significado. Y yo, que siempre me las pico de valiente, ahora tengo miedo del daño que un par de ojos casi dorados me podría hacer.

1 comentario:

  1. Confía en mí, el Amor es sublime y delicioso mientras más lejos, una vez que el objeto de tu adoración se encuentra a tu lado, todo lo demás pierde su brillo.
    Goza de la tristeza tan exquisita que te obsequia el dolor por el amor. Te aseguro que es más gratificante que tenerlo cerca.

    Saludos!

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